Acoso escolar e institucional (Pincha en la imagen)

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jueves, 10 de enero de 2013

Una escuela de Sabadell paga 30.000 euros para «olvidar» un caso de acoso escolar

 

El colegio Ramar es un centro concertado de educación integral con más de 700 alumnos

El colegio Ramar es un centro concertado de educación integral con más de 700 alumnos

TRIBUNALES

La demanda civil interpuesta por la madre de un niño que alegaba un acoso escolar reiterado, susceptible de generar daño o menoscabo en la integridad física y moral del menor, mientras cursaba los últimos dos cursos de primaria, se resolvió finalmente con un acuerdo por el que un colegio concertado de Sabadell pagó 30.000 euros a la familia. La madre alegó que la salida del centro a mitad de curso se debía al acoso sufrido. En la demanda se consignan además agresiones e insultos continuados identificando a un grupo de menores como los autores materiales de los mismos, así como de la desaparición y rotura de útiles escolares que provocaron la somatización de un daño psicológico que precisó asistencia psicológica. En el procedimiento la madre aportó un informe del Síndic de Greuges, de 5 de agosto de 2011, que se refiere a la falta de respuesta del centro, señalando que no adoptó medidas decisivas para detener este sufrimiento ni la situación que lo provocaba, que no se activó el protocolo de acoso escolar ni se solicitó asesoramiento de los servicios educativos. El Síndic entendía que se produjo una falta de sensibilidad por el sufrimiento del alumno, una falta de conocimiento del acoso escolar y una falta de concienciación sobre el derecho de protección de los alumnos por parte de los docentes ante las agresiones de los compañeros. El colegio negó su responsabilidad en el procedimiento, pero finalmente el pasado 29 de noviembre en el acto de audiencia previa se llegó a un acuerdo transaccional homologado por el juzgado por el importe referido. El abogado Pedro Manuel Gonzáles, que ha llevado este caso, logró una indemnización por sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en un caso de acoso escolar en el Colegio Amor de Dios de Alcorcón de 32.125 euros.

Fuente:

 http://www.pressdisplay.com/pressdisplay/es/viewer.aspx

 

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Belén V. Conquero

Escupitajos, patadas, pellizcos, insultos... Así trataban cuatro compañeros de clase a R. E. A., de 13 años. El menor tenía once cuando estos alumnos del colegio concertado Ramar de Sabadell le convirtieron en el blanco de su violencia. Así lo relata a LA RAZÓN la madre del niño: «Nos empezamos a dar cuenta del problema cuando nuestro hijo decía que quería repetir curso. Su rendimiento escolar comenzó a bajar, dejó de comer, sufría pesadillas y tenía un comportamiento asustadizo». El menor, como confirmaron los dos psicólogos que peritaron el caso, sufría acoso escolar. El centro, como explican los progenitores, «no nos hacía caso, a pesar de la infinidad de ocasiones en la que acudimos a hablar tanto con la tutora como con el director». Al final optaron por la vía legal y decidieron denunciar el caso «para que el colegio reconociera lo que había pasado». No hubo juicio. Los propietarios de Ramar alcanzaron un acuerdo con los padres: conciliaron por 30.000 euros la demanda por acoso escolar interpuesta. Pedro Manuel González, el abogado de la familia, asegura que «un acuerdo por esta cantidad jamás se había alcanzado en nuestro país y si el colegio concilia es por algo. Es una forma de admitirlo», explica el letrado.

La vida de R. E. A. ha cambiado desde que en diciembre de 2010 se viera obligado, en pleno curso escolar, a abandonar el centro. «Fue una decisión a la que llegamos con el director. Además, su hermana pequeña, de tres años en ese momento, también se cambió por prevención», explica la madre. A su hijo le costó meses verbalizar la situación que sufría. Fue un psicólogo al que acudía por el leve retraso en el lenguaje que sufre quien les alertó de la gravedad de la situación. Entre sollozos explicaba que le pateaban en el suelo, le escondían el material escolar, le rompían sus cosas... «El día de su cumpleaños le dijeron mientras le pellizcaban ''Éste es tu regalo''», añade su progenitora. Una de las situaciones que la madre de un compañero de clase le comentó confirmó la gravedad del problema: «Un compañero de clase le dijo a su madre que en un momento en que la tutora abandonó el aula, los cuatro matones empezaron a patear a mi hijo. Su compañero salió a avisarla y ésta le dijo que estaba muy ocupada», asegura la madre del menor que sufrió «bullying». Araceli Oñate, una de las psicólogas que analizó el caso de R. E. A., asegura que «la familia del menor hizo todo le posible para que la institución tomara medidas. Respetó todos los cauces pero no la hicieron caso». Por su parte, Joan García, director de Ramar, aseguró a este diario que «se siguieron todos los protocolos para prevenir acoso, pero no son inmediatos». También insistió en que «el problema se trató con los padres y se habló con la inspección educativa». Los padres lo niegan.

 

 

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